CRECER EN SENSIBILIDAD
La meditación te proporcionará sensibilidad y un gran sentido de pertenencia al mundo. Es nuestro mundo, son nuestras estrellas; no somos unos extraños. Pertenecemos intrínsecamente a la existencia. Somos parte de ella, somos su corazón.
Meditando te vuelves tan sensible que incluso la más pequeña brizna de hierba adquiere una inmensa importancia. Tu sensibilidad te concede la comprensión de que esa brizna de hierba es tan importante para la existencia como la mayor de las estrellas; sin ella, la existencia sería menos de lo que es. Esta pequeña brizna de hierba es única, irreemplazable, tiene su propia individualidad.
Y esta sensibilidad te traerá nuevas amistades: con los árboles, con los pájaros, con los animales, con las montañas, con los ríos, con los océanos, con las estrellas... La vida se enriquece a medida que crece el amor, que crece la amistad.
AMOR: LA FRAGANCIA DE LA MEDITACIÓN
Si meditas, tarde o temprano llegarás al amor. Si meditas profundamente, sentirás que nace en ti un inmenso amor que nunca antes habías conocido, una nueva cualidad de tu ser, una nueva puerta que se abre. Te has convertido en una nueva llama que ahora quieres compartir.
Si amas profundamente, poco a poco serás consciente de que tu amor se está volviendo más y más meditativo. Una sutil cualidad de silencio está penetrando en ti. Los pensamientos van desapareciendo, aparecen pausas y... ¡silencios! Estás tocando tu propia profundidad.
El amor, si está bien encaminado, te vuelve meditativo.
La meditación, si está bien encaminada, te hace amoroso.
- OSHO: Meditación. La primera y última libertad
"No es accidental que los curas estén en contra mía, los políticos estén en contra mía, los padres estén en contra mía... todo lo establecido está en contra mía, no es accidental. Yo puedo entender la lógica absolutamente clara de ello. Estoy tratando de deshacer lo que ellos han hecho. Estoy saboteando todo el patrón de su sociedad esclava."
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