Hijos. Hijos de padres, de madres. Hijos de tranquilas apariencias, sanas y equilibradas, que guardan nudos en el estómago y paredes en el corazón por culpa de pretensiones de hacer ver lo que no es. Hijos de heridas profundas maquilladas. Hijos de sueños rotos y sueños mediocres. Hijos de naciones. Hijos de pasatiempos.
Hijos de la demencia. Hijos de la apatía. Víctimas de víctimas.
A veces miro y de lo que veo nada vale la pena. Dinero, formalidades, superfície. Poca vida.
Qué bueno sentirse huérfano a veces. Qué bueno sentirse causa y no consecuencia.
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