Reflexiones inacabadas

Nada mas que energía acumulada en forma de orden, eso es todo lo que somos, toda la grandiosidad del ser humano se reduce al mismo principio con el que se crea una roca, y la muerte se reduce al mismo principio con el que esta se destruye.

Sin embargo por alguna casualidad, o mejor dicho, por infinitas casualidades del destino, aquí esta majestuosa la grandiosidad del ser humano, de la conciencia, de la razón y la sin razón, la capacidad de amar, de parar el tiempo con un beso, de transmitir un mundo con una mirada, de soñar, de imaginar mas de lo que podemos imaginar, de odiar, de matar, de asesinar sin razón, de crear mas vida, de ver el futuro en los ojos ingenuos de un niño, la capacidad de transmitir nuestra visión del mundo, de maravillarnos ante él, de llorar y de reír.

Porque entonces levantamos los muros mas altos, los que nos escondan el cielo, porque competimos por el sofa mas grande, en el que dejar de pensar, en el que no nos haga falta imaginar, porque acallamos las preguntas indiscretas, nos sometemos a rutinas que nos cierren los ojos y nos tapen las orejas, repetimos a los niños de miradas inocentes como es el mundo y como debe seguir siendo, caminamos todos al unísono, nos tragamos el mismo plato que nos sirven sin pensar sin cuestionar ni por un solo segundo si ese, este es el mundo que habíamos imaginado, el mundo que soñamos antes de nacer, el mundo que nosotros mismos construimos, nos encerramos en jaulas, y construimos una armadura para que nadie llegue si quiera a rozar nuestra piel sensible, para que nadie adivine los sueños secretos detrás de una pantalla, porque destruimos los colores a nuestro alrededor, si la verdad es que todos, todos y cada uno de nosotros seguimos, en el fondo siendo el niño de miradas indiscretas, el mismo niño que no puede correr con el peso de la verdad, de la responsabilidad, el peso de la falta de fascinación, porque al fin y al cabo, creo que si estamos aquí, aquí y ahora es única y exclusivamente para fascinarnos, por todas y cada una de las líneas que conforman la realidad a nuestro alrededor.